El velero Zaytouna-Oliva con las trece mujeres y la corresponsal de Al-Jazeera TV y el cámara a bordo, fue asaltado en aguas internacionales en una fragrante ilegalidad y una piratería consentida por la comunidad internacional. A las 16:00 h. (hora española) el silencio se hizo dueño de la situación en las comunicaciones con el velero, ya que la armada sionista había establecido interferencias de gran potencia que impedía saber qué pasaba a bordo. A partir de este momento todo eran especulaciones, puesto que el ejército sionista se negaba a dar ninguna explicación, ni comunicado sobre la situación del velero; ni siquiera se dieron informaciones de la captura. El propósito del silencio del secuestro era que no fuera radiado a cuatro vientos y que el mundo no supiera nada de la piratería sionista.
La consigna era hacer el trabajo cuanto antes, lo más rápido posible, incluidos: el arresto, el interrogatorio y la deportación, todo esto en 48 horas y sin comunicación alguna ni información para los medios. De este modo se oculta todo sobre la misión humanitaria de las 13 mujeres y se da la sensación de que nada ha pasado. Según Sandra Barrilaro el asalto ha sido muy estudiado al detalle, parecía una película de Hollywood, ensayada varias veces, que se llevó con mucha rapidez y con un lenguaje inusual, tratando de parecer amables en todo momento.
Este año la actuación de Israel ha sido más discreta, según explica Nacho Prieto de Rumbo a Gaza: “Otros años hemos visto cómo acompañaban a las embarcaciones desde muchas horas o incluso días antes del asalto”. Está claro que lo de exprés es la fórmula que ha escogido el ocupante sionista, para no dar ni un minuto más de publicidad al asunto del bloqueo de Gaza, cuestión les es de difícil justificación, lo contrario a sus agresiones militares a Gaza, justificándolas con que los grupos de la resistencia palestina de la franja, les tienen bajo la amenaza de sus misiles caseros.
Con esta estrategia y el silencio cómplice de la comunidad internacional tanto en el bloqueo de Gaza como el avance colonial del Estado sionista en Cisjordania, junto la débil situación política de la mal llamada “Autoridad palestina”, el Estado sionista está en una situación de ventajas sobre todo lo oficial y la mediática, pero se olvida de una muy importante que subyace bajo sus pies y que va penetrando como agua en sus cimientos, pudriéndolos, es la conciencia de los pueblos que cada vez, ven a este Estado como cáncer en la zona del “Oriente medio”, a pesar de toda la propaganda con fondos millonarios.
Al mismo tiempo del asalto y para desviar la atención mediática la aviación sionista bombardeó localidades en la franja y lanzaba bombas sónicas sobre las personas concentradas en el puerto de Gaza que esperaban al velero de “Mujeres Rumbo a Gaza”. Sobre esta gente con anhelo de que se rompa el bloqueo de una vez por todas, la periodista Teresa Aranguren portavoz de Rumbo a Gaza, en su artículo bajo el título; “Gaza iba a ser una fiesta” escribió un día después del asalto: “Las gentes de Gaza, encerradas, bombardeadas, cotidianamente acosadas por uno de los ejércitos más potentes del mundo, necesitan de casi todo: material para reconstruir sus casas, sus sistemas de electricidad y agua potable, sus escuelas y centros de salud destruidos por las bombas. Necesitan poder cultivar su tierra y pescar en su mar sin que, desde una torreta, un tanque o una patrullera de la armada israelí, les disparen. Y necesitan también ocasiones para la alegría, momentos de celebración. Eso era, eso iba a ser, la llegada del pequeño barco que había surcado el Mediterráneo con rumbo a Gaza: un día feliz, una ocasión para la ternura de los abrazos, la fraternidad de las risas, la comunión de la alegría colectiva.”
Según nos trasmiten los responsables de la campaña “Rumbo a Gaza”; las campañas del intento de romper el cerco, seguirán hasta que el bloqueo a Gaza termine. Una voluntad que se ve fortalecida con la cantidad de voluntarios de los cinco continentes, queriendo subir a los barcos de la Flotilla de la Libertad, llevando ayuda humanitaria y muchos abrazos de solidaridad para los gazatíes.
Por Abdo Tounsi
Fuente: Rebelión